miércoles, 30 de junio de 2010

Con Harry Potter se lee en el aula la literatura tachirense



Por: José Antonio Pulido Zambrano
El aula de clase es lugar propicio para el encuentro con la palabra. Palabra viva / palabra muerta. Palabras envueltas en sueños y niebla.
Hace cuatro años atrás llevaba a mis estudiantes de liceo a lugares imposibles en el camino de lo fantástico con el libro de Harry Potter, la mayoría de ellos había leído el texto o por lo menos tenía noción de libro por la película. En aquella clase se estudió a seres maravillosos como el Ave Fénix, los Unicornios, Dragones y Hombres Lobos. Allí uno de mis estudiantes preguntaba el por qué acá en el Táchira, con esa neblina que caracteriza a los páramos andinos no se tenía en nuestra cultura seres de esta naturaleza.
La reflexión sirvió para replantear la cátedra de “Castellano y Literatura” de cuarto año de bachillerato con la inclusión de lo local desde el aspecto literario. Ya en el 2007 en la U.E.N. “Gonzalo Méndez” se había iniciado un “Encuentro Liceísta de Literatura”, evento que emparentó con la inquietud de aquel estudiante y el estudio de seres nocturnos de lo fantástico en el contexto de la andinidad, fue así como se involucró al estudiante con la lectura de Lolita Robles de Mora y sus leyendas, pues era la escritora tachirense (aún cuando su origen es español) más leída en el publico escolar de la biblioteca de esta institución. A partir de las lecturas y comentarios empezaron a aparecer duendes, aparecidos, ánimas en pena y otros seres espectrales que caminaban en la nocturnidad los distintos caminos del Táchira. Al año siguiente, en un evento similar se leyó al escritor Manuel Rojas y de ese encuentro se vislumbró su cercanía con escritores como Edgar Allan Poe, Howard P. Lovecraft y Jorge Luis Borges.
Pero, allí no había empezado ese acercamiento a los autores tachirenses, en el 2001, con otro grupo de estudiantes se había conformado un círculo de lectores al cual se bautizó “Macondo”, con esta agrupación se logró editar cinco ejemplares de un periódico escolar con el nombre de Macondo. Con este grupo se empezó a leer al poeta y narrador Adolfo Segundo Medina. En el primer ejemplar de Macondo (febrero, 2001) la estudiante Lady Camacho expresaba: “En esta primera edición de la revista literaria, tuvimos el placer de conversar personalmente, con el poeta y escritor Adolfo Segundo Medina, autor de obras como: La muerte de Benedicto Chacón, La noche de los gatos y Nubia de por medio”. Los estudiantes de aquel primer grupo literario no creían que estuviesen frente al “escritor Segundo Medina” como le llamaron. “La noche de los gatos es uno de los mejores textos de literatura de misterio y horror que se ha escrito en el Táchira…” – así concluía uno de los estudiantes después de leer al autor.
En abril de 2002, otro joven del grupo de nombre Darwin Dávila escribía un pequeño ensayo y una exposición intitulada “Isaura, la poetisa del Táchira”, dicho escrito quedaría publicado en el segundo ejemplar de Macondo y allí este estudiante sentenció: “Sus poemas y escritos están en libros tachirenses. Mi intención es que usted amigo lector y estudiante como yo, valoremos la literatura tachirense…”.
En mayo de 2002 se publicó el tercer ejemplar de Macondo y allí quedara plasmada una entrevista realizada por el joven Darwin Dávila a Lolita Robles de Mora, quien dice: “Con Lolita la leyenda vuelve a inundar la fantasía a finales de siglo XX, y es un orgullo para nuestro liceo el haberla tenido como maestra de aquí”. En este tercer ejemplar las estudiantes: Alejandra Torres, Cindy Sierra, Audra hurtado y Fátima de Abreu dejan un escrito intitulado “Homenaje a Luis López Méndez desde el aula N’ 16”, allí expresan que: “La balada de los muertos es un texto escrito con gran sentimiento, López Méndez escribió desde la noche, desde el cementerio, para dar una nueva forma de escribir en su tiempo… leía a los poetas norteamericanos Longellowt y a Edgar Alan Poe”.
En junio de 2002 se publica en Macondo una nueva entrevista a Lolita Robles de Mora realizada por los estudiantes del liceo: “Me llamó más la atención escribir leyendas de aparecidos que dan pánico”.
En el 2003 se publicaría el último ejemplar de Macondo, este número se avocó de maneta total a la narrativa de Rómulo Gallegos, allí Fátima de Abreu deja escrito en la editorial titulada “Tras la huella de Doña Bárbara”:

En estos tiempos en que vivimos, que no son muy alentadores, donde nosotros como estudiantes debemos ocuparnos y preocuparnos, no sólo por nuestro estudio y educación, sino que también por la grave situación política, económica y social que está ocurriendo en nuestro territorio venezolano, pues desde que nacimos tenemos derecho a ser libres y vivir en paz. En estos momentos de incertidumbre debemos recordar y analizar las palabras sabias de la literatura y de los que nos han guiado y enseñado el camino del bien, para nosotros a través de sus vidas y obras aprendamos la vía de la superación. Entre estos varios, hay un nombre: Rómulo Gallegos, quien nos ha legado como herencia su amor e inspiración en la literatura, en su escritura.

Se cerraba el círculo de “Macondo” con una lectura crítica de nuestros tiempos en la voz de una joven liceísta, pero allí no moría la lectura por los autores literarios del Táchira, en marzo de 2004 se realizó un Concurso de cuentos con el nombre de “Lolita Robles de Mora”, el cuento ganador fue publicado en el nuevo periódico escolar Mientras escribo, el cuento se titula “La experiencia de estar en otro planeta” escrito por la estudiante Mibermar Rincón: “Muchas veces he estado en ambientes que nunca he conocido…”.
En el 2005 se leyó a Manuel Felipe Rugeles, y aquellas clases no sé por qué me fueron mostrando el lado de la poética del mal en este poeta, esos otros mundos oscuros que parecen ser la clave para que el joven adolescente lea, allí fui tomando notas de las lecturas y conclusiones que quedaron en un viejo cuaderno y que hoy ha servido para sustentar estas palabras. En la lectura y discusión del poemario “Oración para clamar por los oprimidos” (1939), uno de mis estudiantes preguntaba a qué se refería el poeta en el poema número cuatro:

¡Oh! Ciudad de la sangre,
con mariposas negras
y pájaros de incendio en el crepúsculo.
¡Oh! Ciudad de la sangre,
con hormigas rojas
que lavan su hartazgo de muertes
en los pozos de lluvia.

Éste era un canto apocalíptico que ya veía venir la Caracas hostil de la que hablaría luego en su narrativa Salvador Garmendia, la misma Caracas donde ambientaría en el siglo XIX el cuento “La balada de los muertos” Luis López Méndez, la ciudad monstruo que devoraría a la pequeña aldea, la visión citadina que destruye la utopía del joven pueblerino, el caos central versus el orden andino.
En ese mismo libro otro joven me decía que Rugeles quería expresar con su canto “La inútil soledad” la pérdida de valores y principios de la humanidad y leía en voz alta:

¿Hacia qué soledad te encaminas,
¡Oh! Paria, ¡oh! Traficante de ilusiones,
con tu sombra a la espalda
como en un río de violetas?

Muchas preguntas surgían en el docente, pues había traído a Rugeles para hablar de andinidad, silencio y aislamiento, y mis condiscípulos lo habían abordado en su lado oscuro, en la monstruosidad de los temores del hombre de estos tiempos. Los jóvenes me mostraban a otro Rugeles distinto al que leía el escritor Antonio Mora en cada inicio de la Peña Literaria. Un Manuel Felipe Rugeles con temor, miedo, desolación y de allí no era extraño que en los años cincuenta hubiese compuesto un canto a Edgar Alan Poe, el primero que exploró estos mundos en la narrativa, en este canto expresa el poeta lo siguiente sobre Poe:

“Se escucha sobre todos los ecos de la tierra
su voz que aún es eco de sangrante elegía”.

Y más adelante expresaba:

“…y es Edgar Alan Poe quien torna con su capa
de sombra y su destello, buscando entre la noche
la mirada que buscan en la noche los náufragos
al medir con su abrazo todas las soledades!”.

Pero estos rasgos eran suficientes para aplicar la “poética del mal” a un poeta de luz como Rugeles. Los estudiantes seguían escudriñando y comentaban que en los primeros poemas se veía mucho la soledad, es así como otro joven estudiante llegó a un racionamiento sobre la parte de la muerte, la preocupación del autor a este tema, infundado quizá en su creencia religiosa, en “Esta pena del hombre” (1942) escribía:

“en esta hora - hora de clamor y de angustia,
de llamas y de sangre, de llanto y de tinieblas -
¿Quién guardará su canto para el día del júbilo?...

La preocupación por el devenir es constante, el poeta sufre con sus palabras como espinas que hacen sangrar su verbo oscuro, por ello en “Lira del soñador desencantado” (1946) expresa:

“Venga, venga la muerte
presurosa en el viento, como vino…
sombra que no se apaga
y luz que en el trasmundo nos embriaga…”

Esa nostalgia y locura la remarca en “Signo del desterrado” (1947):

“Aquí ya me tenéis:
¡vestido con mi propia locura”.

“Esa nostalgia no es otra que su aldea en la niebla” escribía otro estudiante, por ello sus palabras desgarradoras a la ciudad, de allí que dejaré escrito “Elegía a una ciudad muerta” (1947):

“Es ésta la ciudad
en que no hay sino piedras derruidas
y sangre derramada entre las piedras;…
Es ésta la ciudad
de los muertos. Los muertos no llorados.
No recogidos. No enterrados. Muertos
que se pudrieron en la sombra…
Ahora la ciudad
es ciudad de la sangre y de los muertos”.

En ese viejo cuaderno donde había dejado tantas notas y recuerdos con mis estudiantes, había quedado un poema mío, surgido como un homenaje al poeta:

Vampiros en la niebla
La noche, la luna, la niebla
la noche devora la casa del abuelo
la luna me muestra el camino
la niebla envuelve mi recuerdo.
El abuelo, las grietas, la niebla
el abuelo desanda en la casa del páramo
las grietas de las paredes lo muestran
la niebla envuelve mi ánimo.
Los pasos, la lluvia, la niebla
los pasos me llevan a la infancia perdida
la lluvia se adentra por las viejas tejas
la niebla envuelve mi alma herida.
El miedo, un vampiro, la niebla
el miedo no me permite entrar a la casa
un vampiro anida en el catre del abuelo
la niebla me advierte del peligro que pasa.
La noche, un vampiro, la niebla
la noche devora la casa del abuelo
un vampiro se acerca al corredor
la niebla se desvanece y muestra mi eterno duelo.

El timbre sonó, la clase había llegado a su final y concluía mi reflexión a mis estudiantes como empecé este escrito, de que leyendo a Harry Potter, éste puede ser un puente o una estrategia para leer nuestra literatura tachirense.

martes, 8 de junio de 2010

La elaboración del ensayo, de la praxis a la escritura



Por: Mgs. José Antonio Pulido Zambrano.

¿Qué es un ensayo?

Es una creación desde la escritura que parte del intelecto, él mismo persigue la escritura de un discurso coherente, con originalidad, libertad de ideas y una presentación acorde a la elegancia de la escritura. El mismo no es un discurso cerrado, más bien abre infinidad de puertas al texto escrito.

¿Qué objetivo persigue el que escribe un ensayo?

El ensayo permite la libertad de escribir en forma independiente su trabajo intelectual, desarrollando fuera de la academia aptitudes investigativas, promoviendo en el investigador un pensamiento crítico, reflexivo, donde impera la creatividad.
El ensayo ha sido visto sólo como un arma universitaria en el ámbito investigativo, pero no, el mismo se extiende a todas las áreas que estudian el conocimiento humano: periodismo, escritos para revistas especializadas, textos para Internet, trabajos de lectura para foros, simposios u otros eventos que enmarcan la investigación.

Pasos recomendados a la hora de elaborar un ensayo

1.- Un investigador debe tener presente ante todo, primero, las formas o aspectos formales de la escritura:

- Uso de márgenes: La norma APA recomienda el uso de hoja tamaño carta, y se debe dejar espacios en blanco alrededor de cada hoja de la siguiente manera; a partir del borde de la misma se mide (4cm, en el ángulo superior; 3 cm, en el inferior; 4 cm, en el izquierdo y 3cm, en el derecho). Si se trabaja en computador el estudiante se debe dirigir a configuración de página, allí están los pasos a seguir para la creación de los márgenes.

- La hoja escrita no debe exceder de 25 líneas, por ello la recomendación del uso de hojas tamaño carta (una cuartilla).

- La pulcritud y limpieza es fundamental a la hora de entregar el ensayo.

- La sangría: Es el espacio en blanco que se guarda cada vez que se comienza un párrafo o al finalizar en un punto y aparte.

- Se debe dar un espacio adecuado entre las palabras.

- Poner énfasis en una ortografía correcta.

- Uso adecuado de las letras mayúsculas y de los signos de puntuación.

2.- El ensayo comienza cuando el investigador selecciona y delimita el tema a estudiar, esto corresponde al proceso de recopilación de datos, información actualizada sobre el tema: libros, revistas especializadas, periódicos, la red (Internet), entre otros. En este punto se recomienda que el investigador debe acostumbrarse a llevar un cuaderno de notas, en el que debe escribir todo dato bibliográfico consultado.

3.- Una de mis recomendaciones para el futuro investigador es la buena ordenación de datos o documentación referente al tema estudiado, para ello es aceptable la creación de esquemas, ya que a partir de ellos se permite ordenar el trabajo y orientar en buen camino la secuencia del trabajo. En este paso no se incluye la redacción del documento, pues este esquema es una guía de trabajo para coordinar el tema estudiado.

4.- El uso de fichas textuales es de gran ayuda, pero tienen el problema de extraviarse, por lo que se recomienda la toma de notas en el cuaderno dispuesto por el investigador para llevar el tema, allí se puede anexar fotocopias o anexos referente al tema estudiado, que puedan servir de apoyo a la investigación. Luego el investigador procederá en su lugar de estudio a ordenar y dar coherencia al escrito o futuro ensayo.

5.- Para proceder a la creación del ensayo, se combina las citas textuales con conceptos e ideas propias, que emitan juicios, análisis claros y coherentes sobre el tema o sub - tema estudiado. Luego queda la capacidad de originalidad y creatividad para que el escrito posea un toque personal. Allí estará el nuevo aporte al tema estudiado.


¿Cómo se redacta un ensayo?

1.- La norma plantea que un ensayo debe ser redactado en forma impersonal, es decir, sin el uso de primera (Yo) o tercer apersona (él). El lenguaje debe ser formal y técnico, se usara subtitulo cuando en verdad sea necesario, es decir, un ensayo con más de tres hojas, pues lo más racional es que la coherencia y la forma de ordenación de las ideas planteen la estructuración lógica del escrito. En caso de que el ensayo se extienda, el uso de subtitulo será permitido después de la tercer hoja, pero de no hacer falta, y el escrito permite su continuidad sin su uso, de igual manera será permitido.

2.- Todo escrito debe tener un inicio, un desarrollo y un cierre. El inicio debe presentar al lector una visión panorámica del tema estudiado, luego del segundo párrafo se procede a explicar y desarrollar el trabajo de investigación, y el último párrafo debe resumir todo lo expuesto en el mismo.

3.- El estilo va en cada escritor o investigador, sólo se recomienda colocar énfasis en el uso adecuado de los aspectos formales de la escritura. No es lo mismo un ensayo científico a un ensayo literario, el primero será más técnico, el segundo se permite más libertad pues es más flexible, el primero es un ensayo concreto, el segundo puede entrar a lo abstracto. Un lenguaje científico es mas denotativo, un lenguaje literario la mayor de las partes es más connotativo
4.- Lejos de la contribución del investigador, el tema desarrollado debe sustentarse, por ello se recomienda el uso de citas textuales. La sustentación de referencias bibliográficas es fundamental para dar el carácter académico y serio a un estudio.

5.- Al culminar la primera redacción, se debe guardar el escrito para que sea leído al día siguiente (esta recomendación la daba Cortazar). Al otro día se da una lectura global al escrito, se revisa coherencia y estilo, así como las citas usadas. Esta primera lectura ayudara a corregir estilo, gramática, ortografía y contenido del estudio.

6.- Nadie es perfecto. La sencillez es la primera arma de un escritor o investigador. Dar el trabajo a otra persona para que sea leído, esto servirá para dar comentarios del trabajo y ayudara a errores, que siempre se escapan al investigador. Esta regla ayuda a mejorar en gran medida nuestra forma de escribir y la corrección a tiempo de nuestros escritos.

7.- El uso de los adverbios de modo con terminaciones en “mente”, hacen tedioso un escrito. En mis primeros escritos cometí este pecado, que luego con el pasar del tiempo he ido corrigiendo, un ejemplo de ello sería:

EJEMPLO 1: “En el corazón de un bosque mediterráneo, erróneamente empecé este escrito sobre los olivos, fatalmente descubrí que ese tema era caduco, por ello volví a empezar mi investigación en Alejandría…”

Ahora observa lector el mismo párrafo sin el adverbio mencionado:

EJEMPLO 2: “En el corazón de un bosque mediterráneo, empecé este escrito sobre los olivos, allí descubrí que ese tema era caduco, por ello volví a empezar mi investigación en Alejandría…”


Pasos para presentar un ensayo:

A.- Utilizar papel tamaño carta. Tipo de letra “12” en Time New Roman o Arial.

B.- El ensayo incluye: Portada, páginas con el desarrollo del tema estudiado, enumeración en la parte inferior en forma centrada, las citas a pie de página bien ubicadas, y Referencias bibliograficas (un ensayo no lleva introducción, ni índice).

A continuación procederé a explicar la construcción de un ensayo:

1.- La portada consta de: Membrete de la institución (parte superior). El título del trabajo (centro de la hoja y con mayúscula) y debajo del titulo en letra minúscula y paréntesis la palabra ensayo. En la parte inferior al lado izquierdo lleva los siguientes datos: Cátedra, Tutor, Autor (nombre completo del alumno, sección, año), ciudad, mes y año.

2.- Un ensayo debe estar estructurado en párrafos secuenciados, donde con elegancia y estilo se combina: notas, datos, citas textuales y citas parafraseadas, elementos de la actualidad como; arte, música y cine (de ser el caso).

3.- La forma de citar refiere que los datos suministrados para el estudio debe indicar los elementos: Autor (sólo se escribe el primer apellido) - Fecha - Página. Para ilustrar se dará el siguiente ejemplo:

… es en La Biblia (tr.1980) donde se recoge los más grandes relatos de horror de la Antigüedad (la serpiente en el mito del Génesis, un ser que lleva al pecado y que da origen al horror que la humanidad conlleva consigo, al pensar en la muerte, símbolo que hoy día revive la segunda saga de Harry Potter y la cámara secreta. Por otro lado las diez plagas de Egipto refleja la ira implacable del Dios hebreo; la destrucción de Sodoma y Gomorra, recuerda el holocausto nazi de Nagasaki e Hiroshima en el siglo XX; el relato paranormal en Ezequiel que parece aludir a una descripción de una nave extraterrestre, que luego H.G. Wells recreara en sus “marcianos” en La guerra de los mundos (Plans, 1975: 9); y que finaliza con el terror de los judíos, al ver asesinado al hijo de Dios: Jesús), esta afirmación la sostiene Stavans (1998) en su Antología de cuentos de misterio y terror cuando afirma que “habría que considerar a la Biblia (la Torah) como la primera y mejor de todas las antologías de misterio y terror” (p.15).

Ahora alumno pasaremos a explicar; como se puede observar en el ejemplo dado, se dan dos formas de cita: una textual y la otra parafraseada, así como el detalle de citar un clásico como La Biblia:

a.- Un texto clásico citara sólo el año de traducción o edición, ya que un texto como La Biblia, La Iliada, El Corán, El libro de los muertos egipcios, son textos muy antiguos, y en la actualidad contamos con ediciones mejoradas, traducidas, lo que conlleva al investigador en no citar por ejemplo: La Iliada (900 a. C aprox.), sino que se coloca el año que aparece en los datos de la contraportada, en el ejemplo dado se ha utilizado una Biblia del año 1980.
b.- A continuación aparece la cita parafraseada, que se da cuando el investigador toma datos de un texto y los plantea a su manera en su escrito, sin obviar los datos de autor, para no caer en el plagio, como en el ejemplo dado:

“… el relato paranormal en Ezequiel que parece aludir a una descripción de una nave extraterrestre, que luego H.G. Wells recreara en sus “marcianos” en La guerra de los mundos (Plans, 1975: 9)…”.
En este fragmento se alude que la idea del mismo ha sido tomada de un texto del señor Plans, año 1975: Pág. 9.

NOTA: Se podrá notar que en este ejemplo se nos indica como debe ordenarse los datos de autor para una cita parafraseada: (Plans, 1975: 9). Primer apellido del autor, seguido por una coma, año de edición del texto, aparte dos puntos, y finaliza el número de página estudiada.
c.- Finaliza el ejemplo con una cita textual, estas son ideas importantes que se recogen sobre un tema específico del tema estudiado. Dicha idea debe ser copiada textualmente y colocada entre comillas (“ ”) si es el caso, debe recordarse que existe dos tipos de citas textuales:

* La primera es la reproducción de palabra por palabra hasta contar el número de 40, estas cuarenta palabras van entre comillas y dentro del texto, se observa en el ejemplo dado:
“… esta afirmación la sostiene Stavans (1998) en su Antología de cuentos de misterio y terror cuando afirma que “habría que considerar a la Biblia (la Torah) como la primer ay mejor de todas las antologías de misterio y terror” (p.15)… ”.

Se puede notar en este ejemplo que el Autor - Fecha va antes que la expresión citada, y al culminar la misma se señala el número de página.

Veamos otros ejemplos para aclarar mejor y ver otros estilos de citar textualmente:

EJEMPLO 1:

En uno de sus estudios afirmó: “El vampirismo es un viejo filón que quedó de los horrores antiguos” (Polidori, 1987: 34), pero no consiguió dar con el origen del mito…

EJEMPLO 2:

Polidori (1987) encontró que, “el vampirismo es un viejo filón que quedó de los horrores antiguos.” (p.34)

Ahora en muchos escritos aparecen citas con más de cuarenta palabras, esta cita no va entre comillas y se ejemplifica fuera del texto, se coloca a un espacio, para diferenciarlo del resto del escrito, veamos:

EJEMPLO 3:

Al respecto, para este estudio cabe citar el estudio de Polidori (1987), quién señaló lo siguiente:
El vampirismo es un viejo filón que quedó de los horrores antiguos. Su origen en verdad es incierto, aún cuando se ha señalado que en el Indis Valle 3000 a. C, aparecen los primeros ritos a dioses con formas vampiricas. En el folclor de muchos pueblos rumanos, el mito del vampiro no es visto como bueno, la afición se debe más que todo a partir del a publicación del Drácula de Bram Stoker en 1987. Antes, esa figura monstruosa era vista con recelo, y más que todo con olvido. (p. 34)

Así se puede llegar a deducir, que el tema del vampiro, no es una moda del siglo XX, sino que desde la Antigüedad, ya existía en la oralidad de los pueblos…

En el ejemplo dado queda claro que al citar un texto con más de cuarenta palabras se debe colocar dentro de otro margen diferenciador del primero, para dar al lector una idea de que no es del investigador, sino que se toma como apoyo al objeto de estudio, de no hacerse esto, el alumno cae en Plagio, que es como hablar de un ladrón de ideas.

NOTA: Debe seguirse una sola forma de citar, no es valido combinar distintas técnicas, para más conocimiento del tema revisar Normas APA.

Referencias Bibliograficas.

Son los libros, revistas, periódicos, películas, documentales, entre otros, que el estudiante utiliza en la recolección de datos del ensayo. Por ejemplo:

Libros:

- Cabrera, L. (1983). El monte. Miami: Ediciones Universal.
_________ (1993). Venganza y castigos de los Orishas. En J. Palacios (Comp.),
Amanecer Vudú. (pp. 79 – 85). España: Valdemar.
- Cortázar, J. (1962, Noviembre – 1963 Febrero). Algunos aspectos del cuento.
(pp. 3 – 14). La Habana: Casa de las Américas. Vol. II, N°.15.
- Asimov, I. (1997). El hombre bicentenario y otros cuentos. España: Zeta.
- Augé, M. (1996). Dios como objeto. España: Gedisa.
_______ (1998). La guerra de los sueños. España: Gedisa.
- Baker, R. (1988). El demonio y los exorcismos. Colombia: Lidium.

Revistas:

- Ares, N. (1999, Noviembre). Sekhmet, el regreso de la diosa leona. En Año Cero. España.
- Arries, F. (1998, Mayo). Hombres-lobo: ¿Magos o bestias? En Año Cero. Nº 91. España.
- Bravo, E. (1998, Mayo 24). Anne Rice y sus obsesiones. Feriado. Caracas. Pp. 28 – 29.

Periódicos:

- Carmona, C. (2001, Junio 3). Salvador Garmendia: He iniciado un viaje hacia la
infancia. [Entrevista]. (pp. 6 – 8). Dominical. Caracas: Últimas noticias.
- Pulido, J. “Sexo, sangre y muerte”. En: La Nación. Suplemento Flash. San Cristóbal,
Venezuela. 28/03/1998, p.8.

Internet:

- Cifuentes, D. (2000). La Epopeya de Gilgamesh y la definición de los límites humanos. Obtenido en la Red Mundial el 01 de mayo del 2003: File://A:/gilgamesh.htm.
- Errázuriz, P. (2003). El rostro de lo familiar: Memoria y olvido. Universidad de Chile. Obtenido en la Red Mundial el 04-11- 2003: www.A:/Elrostrosiniestrodelofamiliar_.htm.