viernes, 2 de julio de 2010

Una cruzada por la lectura: Trazos para una política educativa en el acto de leer

Por. José Antonio Pulido Zambrano

La constante por leer es un privilegio, de allí que se comente que el conocimiento es poder. Días atrás finalizaba la lectura de un texto de Hubert Huertas intitulado La ciudad olvidada, una historia que narra la vida de Nanda, un conductor de rickshaw de la colonia francesa de Pondichéry, en el este de la India, que entre otros pormenores relata las vicisitudes que tiene que hacer para que su sobrina ingrese al contexto escolar y aprenda a leer y escribir, pero esta parte no conmociona tanto como al pasar de los años, la niña de 13 años decide expresar la siguiente frase, por más corta, conmovedora y hermosa por su contenido: “Mira, Nanda, te voy a enseñar a leer”. Y, de verdad la niña enseña a leer a Nanda y la lectura le cambia su vida por completo. La novela de Huertas (2008: 161) describe lo siguiente:

…la lectura era un mar. Se sumergía en ella encantado, sin saber que también allí uno puede ahogarse, que, además de con peces payasos, allí uno se cruza con tiburones blancos… Con semejante maestra y la orilla como aula, el rickshaw aprendió muy rápido. Se encendieron luces en su cabeza analfabeta. Detrás de la frente ya no tenía cerebro, sino fuegos artificiales, un cielo negro en el que las constelaciones titilaban con un millar de guirnaldas. Los niños escribían OCÉANO en la arena, la palabra se extendía en toda su amplitud y Nanda tenía que comprenderla antes de que el mar la engullera. Yaya, Caca, Papá (con su acento sobre la a), Mimo, Campo, Bota, Pelota, Mañana, Ayer. ¡Nanda competía con las olas! Se adentraba en los secretos del francés a grandes zancadas, descubría sus extrañas combinaciones, los sombreritos, los acentos, las cedillas, las consonantes…
Al volver de la playa, Nanda pedaleaba con frenesí y los carteles le revelaban sus secretos: Garaje, Bazar, Café, e incluso, delante de una especie de estadio donde los viejos jugaban con bolas de hierro, una palabra extraña: Petanca…
Anandita le proporcionó lecturas más complicadas. Cuentos. El treintañero seguía con el índice las desgracias de Caperucita Roja o los desengaños de Isengrin… la lectura lo había liberado. Había disuelto la prisión de los intocables… descifró los libros de su sobrina, pero Caperucita Roja, Pulgarcito, la Bella Durmiente, los Siete Enanos y Barba Azul, ¡todos ellos empezaban a surtir efecto! Las estanterías de las librerías, las pastas que había vislumbrado al pasar ocultaban pasajes mucho más recónditos, perspectivas mucho más alejadas, galerías que daban a pasillos que llegaban hasta el centro de la Tierra. Mil libros, mil países, mil aviones, mil cohetes, mil planetas.

Esa lectura de La ciudad olvidada rescata la esencia de lo que es la lectura. Anandita la sobrina de Nanda hace descubrir que los libros están conectados con la vida, que la lectura es útil al hombre, que la lectura permite la liberación de muchos prejuicios sociales y la expansión del concepto que cada ser humano tiene del mundo.
La lectura del texto de Hubert sirve de pretexto para reflexionar sobre ese proceso lector dentro del contexto social, sirve para revisar las políticas que el Estado presta a este concepto de leer. El diccionario de la Real Academia Española señala que leer es: “Interpretar, mentalmente o convirtiéndolos en sonidos, los signos empleados (en un texto escrito), Gralm. utilizando para ello la vista”. Pero la lectura va mucho más allá, y es lamentable apuntar que el Estado no ha comprendido la magnitud del problema, encajonando la lectura con el señalamiento común de “decodificar” el texto. La lectura no es eso, no es un simple rompecabezas de armar letras, sílabas, palabras, oraciones, párrafos. La lectura lineal de lo que dice el texto, sin comprender lo que dice el texto no lleva a ningún lado.
Nabokov (1997: 23) expresó que Flaubert en un momento de la historia escribió: Comme l´on serait savant si l´on connaissait bien seulement cinq á six livres (qué sabios seríamos si sólo conociéramos bien cinco o seis libros), quizá valga la pena esas palabras para invocar “qué sabios serían los hombres si el Estado procurara políticas de lectura por lo menos para comprender dos o tres libros”, porque la lectura es eso, comprender.
Por ello se ha observado en los últimos años una preocupación del Estado por publicar textos, por ejemplo; el caso de un libro diario, o sin ir muy lejos la Biblioteca Temática familiar que llegó a muchos hogares y escuelas, o la distribución de fragmentos del Quijote prologado por José Saramago o la distribución en expansión de Los Miserables de Víctor Hugo. Se aplaude estos pasos, pero el Estado cometé el error de repartir textos sin seguir el proceso de lectura de los mismos, muchos de ellos terminaron en papeleras ambulantes o en barcos de papel en el río Torbes. La realidad es esa.
A juicio de un análisis reflexivo, se plantea para su estudio cinco puntos donde el Estado debería profundizar el acto de leer, para que esa Cruzada que quiere darse a la lectura llegue a concretarse, estos serian: El uso de los medios como promotor de lectura, la capacitación de Promotores de Lectores a gran escala, la sensibilización de la familia en la práctica lectora, el docente lector y las Bibliotecas de lectura.


El uso de los medios como promotor de lectura

No hay que ir muy lejos, para saber que uno de los principales enemigos de la lectura son los medios (Cine, radio y televisión). Si es bien cierto que existen algunas individualidades que busca en el espectador u oyente, el despertar de una cultura social, en el mayor de los casos estos quijotes se pierden en ese laberinto de antivalores. El joven y el niño de hoy están más prestos a oír un Reggaeton a un poema recitado por Luis Edgardo Ramírez o La hilandera en la voz de Andrés Eloy Blanco.
En el caso del cine se tergiversan los relatos y el espectador se queda con una historia no tan real como la del libro, un caso para ejemplificar seria Troya, versión fílmica de La Iliada, donde se cuenta parte del libro pero se trastocan algunos personajes y secuencias que la película ensombrece el texto original. Es más, en Venezuela no hay un espacio de critica de cine, para que el venezolano promedio maneje una serie de particularidades para entender un filme, y su valoración para revisar el texto original de donde viene la historia, son raros los casos, como la serie de Harry Potter, pero que debido al espacio dado a esta historia los niños han procurado leer el texto, cosa que no ha sucedido en gran masa con El señor de los anillos.
Los medios en nuestro país son ajenos a promover la lectura, vasta ver los canales españoles, o yendo más cerca, los canales colombianos, donde los noticieros todos los días recomiendan un texto. Las misma Ferias Internacionales del Libro tienen poca publicidad en los medios, mientras que en países como Colombia y España, estos eventos tienen tanta importancia como la que se le dan a un partido de futbol o béisbol. Es más, para ejemplificar y observar la promoción de lectura en los medios de otros países, valdría señalar el caso de una presentadora de noticias de un canal colombiano, donde todas las noches, antes de recomendar el libro del día, lanza su slogan: “Porque hoy la cultura es noticia”.
Aquí en Venezuela, se escucha a los que están en el mundo cultural, señalando frases como: “La cultura es la cenicienta del Estado”. ¡Hasta cuando la cultura en nuestro país va ser una cenicienta! ¿Cuándo llegará aquel príncipe gallardo que le de puesto que se merece?


Capacitación de Promotores de Lectura a gran escala

Es este mundo tan amplio, que un ideal sería que existiesen muchas Ananditas para enseñar a leer con pasión, así como ésta enseñó a Nanda. Pero esto es utópico, pero no imposible. En los últimos días las noticias señalan como jóvenes se están capacitando como promotores sociales, para ir a resolver problemas en la comunidad desde el aspecto social. Aún cuando Andricaín y Rodríguez (2006: 2) señalan que:

“No hay recetas ni esquemas para lograr que se haga realidad, en un dos por tres, un estrecho vinculo emocional, intelectual y lúdico entre el niño y la lectura. Lograr tal conquista es posible, por supuesto, pero siempre a mediano o largo plazo, con esfuerzo y persistencia”

Sí el Estado procurase crear promotores de lectura, guiados por conocedores en el área, y comenzar esa cruzada de lectura con los niños de las aldeas, pueblos, barrios, urbanizaciones, edificios, en fin, se lograría un cambio total en el país, pues quien siembra en el niño de hoy esta creando el hombre del mañana. Ahora, nace la pregunta, ¿Y por qué no los adultos? La respuesta no es sencilla, más cuando esta reflexión empezó con un ejemplo de la ficción donde un adulto como Nanda empieza a leer a los 30 años. Los adultos de una u otra manera ya están viciados en la sociedad caótica donde se desenvuelve hoy día, como en el texto infantil: ¡Ahora no, Fernando! Donde un niño es devorado por el monstruo (llámese indiferencia) y le sustituye en su vida familiar, sin que los padres siempre absortos perciban el cambio. Porque los padres de hoy no tienen en muchos casos tiempo para sus hijos, muchos menos van a tener tiempo para leer con ellos. Así como existen "Cuidados diarios", podrían existir espacios para le lectura dirigidos por especialistas o promotores de lectura. Y a esto se une la idea de Andricaín y Rodríguez (2006: 2) al decir que: “leer es algo no sólo útil, sino entretenido y hermoso”.


La familia en la práctica lectora

En el último libro de Josefina Peña titulado La familia y la escuela en la formación de lectores y escritores autónomos hace una revisión exhaustiva de la contextualización del papel del niño lector en su entorno familiar, la autora nos presenta un cuadro de distintas formas de familias para que éstas contribuyan en este proceso. Y como bien señala Andricaín y Rodríguez (2006: 4) que: “los padres se relacionan con los niños antes que cualquier otro miembro de la sociedad. Ellos son, pues, los primeros promotores de lectura, los que siembran tempranamente (o no) la semilla del amor al libro”.
Por lo tanto, la familia es el medio más importante para la consolidación de un niño lector. Es la familia como célula fundamental de la sociedad donde el Estado debe hacer su primera inversión como semilleros natos del acto de leer.
El paradigma de este planteamiento es un tanto difícil, pues el mayor porcentaje de familias venezolanas plantean que sus ingresos no les alcanzan ni para comer, es decir, si mejoramos la calidad de vida de nuestras familias podría caber el espacio de la lectura en ella misma, haciendo verdadero el refrán de la abuela: “lectura con hambre no entra”.
Si uno de los problemas a los que se enfrenta la lectura es el socioeconómico el otro es de índole cultural. No hay cultura del libro en el país y si existe es un privilegio de pocos, de excepciones, de particularidades. Es el proceso hacia lo cultural que comienza por el vacío del concepto del libro en el hogar, es decir, la necesidad de la existencia de un espacio físico para los libros en la casa, pero, a veces en el hogar es mas importante un minibar que una biblioteca.
Si se crea el espacio y el habito lector en el hogar es seguro que se harán realidad las palabras de Andricaín y Rodríguez (2006: 5): “existen bastantes posibilidades de que un hijo de lector, lea libros”.
Los padres constantemente están prohibiendo cosas y los hijos terminan rompiendo las normas, pues al niño y adolescente no hay nada más grotesco que se les prohíba algo, pues están en la edad que quieren devorar el mundo, las familias deberían prohibir leer a sus hijos, quizás esto funcione para que desobedezcan a los padres y terminen leyendo.


El docente lector

Aún cuando hay que desconectar que la lectura es una carga exclusiva de la escuela y que la sociedad toda debe asumir un papel formador de lectores, el de crear un placer por leer, el de eliminar la lectura como evaluación, no se puede obviar la responsabilidad que esta tiene en el proceso lector, y esa carga cae en el docente.
Esa formación lectora debería comenzar con el docente que en la gran mayoría de los casos es quien falla en ese proceso, al crear en niños y adolescentes la animadversación por los libros, al imponer la lectura como castigo.
El docente que debería ser el primer lector es el primer analfabeto funcional de la lectura, pues carece de las competencias necesarias para abordar un texto, quizá no siendo el culpable, ya que el ha sido formado en una escuela conductista, memorística, castradoras de sueños y creatividad. ¿Cuántos de estos docentes no se formaron con textos de lecturas como proceso evolutivo con libros como: Angelito, Coquito, Jorge, entre otros? Pues en este contexto educativo la lectura nunca ha sido vista como goce, satisfacción, entretenimiento sino como el personaje malvado del cuento: “si no te portas bien te paso a leer”.
Otros de los aspectos que aleja al niño de la lectura, es enseñar la gramática desde la literatura, es cierto que hay que valorar el trabajo de Bello pero el lector moderno busca significados y comprensión del mismo, no como se construye la palabra, eso se lo dejan a los especialistas de gramática. Al niño y al joven hay que enamorarlo con el libro, pero una “lectura totalitaria” no sirve pues los intereses lectores son varios, no sólo puede darse a leer al Quijote y Los Miserables, pero el Estado ha fallado pues en sus políticas no se pregunta al lector, el protagonista desde un principio es excluido. Porque es falso de que el venezolano no lee, lo que pasa es que los intereses lectores son otros, por ello un plan nacional de lectura, debería comenzar por la formación de promotores de lectores, donde el lector lea de todo, desde una revista de Variedades, un manual agrícola o una novela de Rómulo Gallegos, es darle uso a la lectura, si la lectura es útil al hombre la lectura entra, eliminando aquel viejo proverbio de que “la letra con sangre entra”.
Si se logra promover el docente lector, éste comentará sus lecturas con los estudiantes, haciendo del acto educativo un dialogo fructífero y enriquecedor. Lograr que cuando un niño o adolescente al terminar la lectura de una obra converse sobre la misma sin verse sometido a un interrogatorio o un examen, porque si un docente no lee, le será difícil convencer a su estudiante de que leer es algo útil y agradable.
Siempre al estudiante se le premia con una medalla, si se utiliza el libro como un premio, hará ver en él que el ganarse un texto es un estatus dentro de lo social.


La biblioteca de lectura

La biblioteca como espacio de lectura es una falacia, pues este recinto se ha transformado en el lugar de buscar una información de una cátedra específica, pero el sentido de promoción de lectura como tal no existe. Los bibliotecarios perdieron la esencia del gran escriba Manethon, el gran bibliotecario de la biblioteca de Alejandría, el de acompañar al lector en la búsqueda del libro.
Por otro lado la biblioteca es un lugar a donde se va por necesidad no por pasión, pues las estrategias de lectura aplicadas por el Estado siempre han estado desconectadas de una realidad social, pues como explica Rodríguez (SF: 10): “el acto de leer no se enlaza con la vida de los hablantes, porqué no se transforma en una practica generalizada porqué no se constituye en una segunda piel”. El bibliotecario ha desfasado su perfil de promotor lector recargando su trabajo en el área administrativa y por eso ocurre que cuando un usuario va a la biblioteca se encuentra en un capitulo de Cien años de soledad, en nuestro amado Macondo, cuando las cosas carecían de nombre y para conocerlas había que señalarlas con el dedo.
Barthes (1997: 40) expresa que: “la lectura aún no ha encontrado su Propp o su Saussure; esa deseada pertinencia, imagen del alivio del sabio, no ha sido hallada, al memos de momento”. Esta reflexión la realiza este autor para hacernos ver que la lectura no se busca con un bisturí, no hay que hurgar en ella, la lectura hay que sentirla, gozarla, disfrutarla, degustarla.
Mas adelante señala Barthes que en el dominio de la lectura no se da la pertinencia de los niveles. Sí es verdad que hay un origen en la lectura grafica, es decir, el aprendizaje de las letras, así como hay lectura sin aprendizaje (las imágenes), ya no se sabe donde detener la profundidad y la dispersión de la lectura. En ese proceso lector el autor señala dos rechazos de la lectura, uno, el que la sociedad imponen lecturas que excluyen, el señala “hay que haber leído” el ejemplo mas claro seria si un niño en nuestra época no ha leído Harry Potter, según el planteamiento de Barthes, no es un buen lector porque no ha leído el libro de moda, y esto excluye y causa rechazo de lectura. Por ello el aclara: “la libertad de lectura, por alto que sea el precio que se deba pagar por ella, es también la libertad de no leer”.
El segundo rechazo es el de la biblioteca, pues ésta por su propio estatuto crea en el usuario que el libro deseado tiene tendencia a no estar nunca en ella, y al final la biblioteca es demasiado grande y demasiada pequeña siempre, en este caso, la ley, la castración, es la misma profusión de libros que hay en ella.
En este orden de ideas Barthes plantea que la biblioteca es un espacio que se visita pero no se habita. Por ello es que la biblioteca dejo de ser un lugar de lectura ideal, y debería haber dos palabras diferentes, uno para el libro de biblioteca, otro para el libro de casa. El espacio domestico (y no publico), retira del libro todas su función de aparentar social, cultural e institucional.


Para cerrar con ritmo de Jazz

El proceso de leer es amplio, y para empezar a leer se debe tener una gran sensibilidad, pues como señala Nabokov (1997: 28): “si el aspirante a lector carece por completo de pasión y de paciencia – pasión de artista y paciencia de científico -, difícilmente gozara con la gran literatura”.

Referencias bibliograficas

Andricaín. S. y Rodríguez. A. (2006). En busca de un niño lector. El buho Revista
Virtual sobre libros y bibliotecas. Consultado en la red el 3/ 1/ 2006. 9 p.
Barthes, R. (1997). El susurro del lenguaje. Más allá de la palabra y la escritura.
Paidos. España.
Diccionario Real Academia Española. (2007). Real Academia Española.
España. 820 p.
Huertas, H. (2008). La ciudad olvidada. Grijalbo. España. 409 p.
Rodríguez, P. (S/F) ¿Política Nacional de Lectura? Meditación en torno a sus
límites y condicionamientos. Documentos Nº 7 de Fundalectura –
Caracas, Venezuela.

miércoles, 30 de junio de 2010

Con Harry Potter se lee en el aula la literatura tachirense



Por: José Antonio Pulido Zambrano
El aula de clase es lugar propicio para el encuentro con la palabra. Palabra viva / palabra muerta. Palabras envueltas en sueños y niebla.
Hace cuatro años atrás llevaba a mis estudiantes de liceo a lugares imposibles en el camino de lo fantástico con el libro de Harry Potter, la mayoría de ellos había leído el texto o por lo menos tenía noción de libro por la película. En aquella clase se estudió a seres maravillosos como el Ave Fénix, los Unicornios, Dragones y Hombres Lobos. Allí uno de mis estudiantes preguntaba el por qué acá en el Táchira, con esa neblina que caracteriza a los páramos andinos no se tenía en nuestra cultura seres de esta naturaleza.
La reflexión sirvió para replantear la cátedra de “Castellano y Literatura” de cuarto año de bachillerato con la inclusión de lo local desde el aspecto literario. Ya en el 2007 en la U.E.N. “Gonzalo Méndez” se había iniciado un “Encuentro Liceísta de Literatura”, evento que emparentó con la inquietud de aquel estudiante y el estudio de seres nocturnos de lo fantástico en el contexto de la andinidad, fue así como se involucró al estudiante con la lectura de Lolita Robles de Mora y sus leyendas, pues era la escritora tachirense (aún cuando su origen es español) más leída en el publico escolar de la biblioteca de esta institución. A partir de las lecturas y comentarios empezaron a aparecer duendes, aparecidos, ánimas en pena y otros seres espectrales que caminaban en la nocturnidad los distintos caminos del Táchira. Al año siguiente, en un evento similar se leyó al escritor Manuel Rojas y de ese encuentro se vislumbró su cercanía con escritores como Edgar Allan Poe, Howard P. Lovecraft y Jorge Luis Borges.
Pero, allí no había empezado ese acercamiento a los autores tachirenses, en el 2001, con otro grupo de estudiantes se había conformado un círculo de lectores al cual se bautizó “Macondo”, con esta agrupación se logró editar cinco ejemplares de un periódico escolar con el nombre de Macondo. Con este grupo se empezó a leer al poeta y narrador Adolfo Segundo Medina. En el primer ejemplar de Macondo (febrero, 2001) la estudiante Lady Camacho expresaba: “En esta primera edición de la revista literaria, tuvimos el placer de conversar personalmente, con el poeta y escritor Adolfo Segundo Medina, autor de obras como: La muerte de Benedicto Chacón, La noche de los gatos y Nubia de por medio”. Los estudiantes de aquel primer grupo literario no creían que estuviesen frente al “escritor Segundo Medina” como le llamaron. “La noche de los gatos es uno de los mejores textos de literatura de misterio y horror que se ha escrito en el Táchira…” – así concluía uno de los estudiantes después de leer al autor.
En abril de 2002, otro joven del grupo de nombre Darwin Dávila escribía un pequeño ensayo y una exposición intitulada “Isaura, la poetisa del Táchira”, dicho escrito quedaría publicado en el segundo ejemplar de Macondo y allí este estudiante sentenció: “Sus poemas y escritos están en libros tachirenses. Mi intención es que usted amigo lector y estudiante como yo, valoremos la literatura tachirense…”.
En mayo de 2002 se publicó el tercer ejemplar de Macondo y allí quedara plasmada una entrevista realizada por el joven Darwin Dávila a Lolita Robles de Mora, quien dice: “Con Lolita la leyenda vuelve a inundar la fantasía a finales de siglo XX, y es un orgullo para nuestro liceo el haberla tenido como maestra de aquí”. En este tercer ejemplar las estudiantes: Alejandra Torres, Cindy Sierra, Audra hurtado y Fátima de Abreu dejan un escrito intitulado “Homenaje a Luis López Méndez desde el aula N’ 16”, allí expresan que: “La balada de los muertos es un texto escrito con gran sentimiento, López Méndez escribió desde la noche, desde el cementerio, para dar una nueva forma de escribir en su tiempo… leía a los poetas norteamericanos Longellowt y a Edgar Alan Poe”.
En junio de 2002 se publica en Macondo una nueva entrevista a Lolita Robles de Mora realizada por los estudiantes del liceo: “Me llamó más la atención escribir leyendas de aparecidos que dan pánico”.
En el 2003 se publicaría el último ejemplar de Macondo, este número se avocó de maneta total a la narrativa de Rómulo Gallegos, allí Fátima de Abreu deja escrito en la editorial titulada “Tras la huella de Doña Bárbara”:

En estos tiempos en que vivimos, que no son muy alentadores, donde nosotros como estudiantes debemos ocuparnos y preocuparnos, no sólo por nuestro estudio y educación, sino que también por la grave situación política, económica y social que está ocurriendo en nuestro territorio venezolano, pues desde que nacimos tenemos derecho a ser libres y vivir en paz. En estos momentos de incertidumbre debemos recordar y analizar las palabras sabias de la literatura y de los que nos han guiado y enseñado el camino del bien, para nosotros a través de sus vidas y obras aprendamos la vía de la superación. Entre estos varios, hay un nombre: Rómulo Gallegos, quien nos ha legado como herencia su amor e inspiración en la literatura, en su escritura.

Se cerraba el círculo de “Macondo” con una lectura crítica de nuestros tiempos en la voz de una joven liceísta, pero allí no moría la lectura por los autores literarios del Táchira, en marzo de 2004 se realizó un Concurso de cuentos con el nombre de “Lolita Robles de Mora”, el cuento ganador fue publicado en el nuevo periódico escolar Mientras escribo, el cuento se titula “La experiencia de estar en otro planeta” escrito por la estudiante Mibermar Rincón: “Muchas veces he estado en ambientes que nunca he conocido…”.
En el 2005 se leyó a Manuel Felipe Rugeles, y aquellas clases no sé por qué me fueron mostrando el lado de la poética del mal en este poeta, esos otros mundos oscuros que parecen ser la clave para que el joven adolescente lea, allí fui tomando notas de las lecturas y conclusiones que quedaron en un viejo cuaderno y que hoy ha servido para sustentar estas palabras. En la lectura y discusión del poemario “Oración para clamar por los oprimidos” (1939), uno de mis estudiantes preguntaba a qué se refería el poeta en el poema número cuatro:

¡Oh! Ciudad de la sangre,
con mariposas negras
y pájaros de incendio en el crepúsculo.
¡Oh! Ciudad de la sangre,
con hormigas rojas
que lavan su hartazgo de muertes
en los pozos de lluvia.

Éste era un canto apocalíptico que ya veía venir la Caracas hostil de la que hablaría luego en su narrativa Salvador Garmendia, la misma Caracas donde ambientaría en el siglo XIX el cuento “La balada de los muertos” Luis López Méndez, la ciudad monstruo que devoraría a la pequeña aldea, la visión citadina que destruye la utopía del joven pueblerino, el caos central versus el orden andino.
En ese mismo libro otro joven me decía que Rugeles quería expresar con su canto “La inútil soledad” la pérdida de valores y principios de la humanidad y leía en voz alta:

¿Hacia qué soledad te encaminas,
¡Oh! Paria, ¡oh! Traficante de ilusiones,
con tu sombra a la espalda
como en un río de violetas?

Muchas preguntas surgían en el docente, pues había traído a Rugeles para hablar de andinidad, silencio y aislamiento, y mis condiscípulos lo habían abordado en su lado oscuro, en la monstruosidad de los temores del hombre de estos tiempos. Los jóvenes me mostraban a otro Rugeles distinto al que leía el escritor Antonio Mora en cada inicio de la Peña Literaria. Un Manuel Felipe Rugeles con temor, miedo, desolación y de allí no era extraño que en los años cincuenta hubiese compuesto un canto a Edgar Alan Poe, el primero que exploró estos mundos en la narrativa, en este canto expresa el poeta lo siguiente sobre Poe:

“Se escucha sobre todos los ecos de la tierra
su voz que aún es eco de sangrante elegía”.

Y más adelante expresaba:

“…y es Edgar Alan Poe quien torna con su capa
de sombra y su destello, buscando entre la noche
la mirada que buscan en la noche los náufragos
al medir con su abrazo todas las soledades!”.

Pero estos rasgos eran suficientes para aplicar la “poética del mal” a un poeta de luz como Rugeles. Los estudiantes seguían escudriñando y comentaban que en los primeros poemas se veía mucho la soledad, es así como otro joven estudiante llegó a un racionamiento sobre la parte de la muerte, la preocupación del autor a este tema, infundado quizá en su creencia religiosa, en “Esta pena del hombre” (1942) escribía:

“en esta hora - hora de clamor y de angustia,
de llamas y de sangre, de llanto y de tinieblas -
¿Quién guardará su canto para el día del júbilo?...

La preocupación por el devenir es constante, el poeta sufre con sus palabras como espinas que hacen sangrar su verbo oscuro, por ello en “Lira del soñador desencantado” (1946) expresa:

“Venga, venga la muerte
presurosa en el viento, como vino…
sombra que no se apaga
y luz que en el trasmundo nos embriaga…”

Esa nostalgia y locura la remarca en “Signo del desterrado” (1947):

“Aquí ya me tenéis:
¡vestido con mi propia locura”.

“Esa nostalgia no es otra que su aldea en la niebla” escribía otro estudiante, por ello sus palabras desgarradoras a la ciudad, de allí que dejaré escrito “Elegía a una ciudad muerta” (1947):

“Es ésta la ciudad
en que no hay sino piedras derruidas
y sangre derramada entre las piedras;…
Es ésta la ciudad
de los muertos. Los muertos no llorados.
No recogidos. No enterrados. Muertos
que se pudrieron en la sombra…
Ahora la ciudad
es ciudad de la sangre y de los muertos”.

En ese viejo cuaderno donde había dejado tantas notas y recuerdos con mis estudiantes, había quedado un poema mío, surgido como un homenaje al poeta:

Vampiros en la niebla
La noche, la luna, la niebla
la noche devora la casa del abuelo
la luna me muestra el camino
la niebla envuelve mi recuerdo.
El abuelo, las grietas, la niebla
el abuelo desanda en la casa del páramo
las grietas de las paredes lo muestran
la niebla envuelve mi ánimo.
Los pasos, la lluvia, la niebla
los pasos me llevan a la infancia perdida
la lluvia se adentra por las viejas tejas
la niebla envuelve mi alma herida.
El miedo, un vampiro, la niebla
el miedo no me permite entrar a la casa
un vampiro anida en el catre del abuelo
la niebla me advierte del peligro que pasa.
La noche, un vampiro, la niebla
la noche devora la casa del abuelo
un vampiro se acerca al corredor
la niebla se desvanece y muestra mi eterno duelo.

El timbre sonó, la clase había llegado a su final y concluía mi reflexión a mis estudiantes como empecé este escrito, de que leyendo a Harry Potter, éste puede ser un puente o una estrategia para leer nuestra literatura tachirense.

martes, 8 de junio de 2010

La elaboración del ensayo, de la praxis a la escritura



Por: Mgs. José Antonio Pulido Zambrano.

¿Qué es un ensayo?

Es una creación desde la escritura que parte del intelecto, él mismo persigue la escritura de un discurso coherente, con originalidad, libertad de ideas y una presentación acorde a la elegancia de la escritura. El mismo no es un discurso cerrado, más bien abre infinidad de puertas al texto escrito.

¿Qué objetivo persigue el que escribe un ensayo?

El ensayo permite la libertad de escribir en forma independiente su trabajo intelectual, desarrollando fuera de la academia aptitudes investigativas, promoviendo en el investigador un pensamiento crítico, reflexivo, donde impera la creatividad.
El ensayo ha sido visto sólo como un arma universitaria en el ámbito investigativo, pero no, el mismo se extiende a todas las áreas que estudian el conocimiento humano: periodismo, escritos para revistas especializadas, textos para Internet, trabajos de lectura para foros, simposios u otros eventos que enmarcan la investigación.

Pasos recomendados a la hora de elaborar un ensayo

1.- Un investigador debe tener presente ante todo, primero, las formas o aspectos formales de la escritura:

- Uso de márgenes: La norma APA recomienda el uso de hoja tamaño carta, y se debe dejar espacios en blanco alrededor de cada hoja de la siguiente manera; a partir del borde de la misma se mide (4cm, en el ángulo superior; 3 cm, en el inferior; 4 cm, en el izquierdo y 3cm, en el derecho). Si se trabaja en computador el estudiante se debe dirigir a configuración de página, allí están los pasos a seguir para la creación de los márgenes.

- La hoja escrita no debe exceder de 25 líneas, por ello la recomendación del uso de hojas tamaño carta (una cuartilla).

- La pulcritud y limpieza es fundamental a la hora de entregar el ensayo.

- La sangría: Es el espacio en blanco que se guarda cada vez que se comienza un párrafo o al finalizar en un punto y aparte.

- Se debe dar un espacio adecuado entre las palabras.

- Poner énfasis en una ortografía correcta.

- Uso adecuado de las letras mayúsculas y de los signos de puntuación.

2.- El ensayo comienza cuando el investigador selecciona y delimita el tema a estudiar, esto corresponde al proceso de recopilación de datos, información actualizada sobre el tema: libros, revistas especializadas, periódicos, la red (Internet), entre otros. En este punto se recomienda que el investigador debe acostumbrarse a llevar un cuaderno de notas, en el que debe escribir todo dato bibliográfico consultado.

3.- Una de mis recomendaciones para el futuro investigador es la buena ordenación de datos o documentación referente al tema estudiado, para ello es aceptable la creación de esquemas, ya que a partir de ellos se permite ordenar el trabajo y orientar en buen camino la secuencia del trabajo. En este paso no se incluye la redacción del documento, pues este esquema es una guía de trabajo para coordinar el tema estudiado.

4.- El uso de fichas textuales es de gran ayuda, pero tienen el problema de extraviarse, por lo que se recomienda la toma de notas en el cuaderno dispuesto por el investigador para llevar el tema, allí se puede anexar fotocopias o anexos referente al tema estudiado, que puedan servir de apoyo a la investigación. Luego el investigador procederá en su lugar de estudio a ordenar y dar coherencia al escrito o futuro ensayo.

5.- Para proceder a la creación del ensayo, se combina las citas textuales con conceptos e ideas propias, que emitan juicios, análisis claros y coherentes sobre el tema o sub - tema estudiado. Luego queda la capacidad de originalidad y creatividad para que el escrito posea un toque personal. Allí estará el nuevo aporte al tema estudiado.


¿Cómo se redacta un ensayo?

1.- La norma plantea que un ensayo debe ser redactado en forma impersonal, es decir, sin el uso de primera (Yo) o tercer apersona (él). El lenguaje debe ser formal y técnico, se usara subtitulo cuando en verdad sea necesario, es decir, un ensayo con más de tres hojas, pues lo más racional es que la coherencia y la forma de ordenación de las ideas planteen la estructuración lógica del escrito. En caso de que el ensayo se extienda, el uso de subtitulo será permitido después de la tercer hoja, pero de no hacer falta, y el escrito permite su continuidad sin su uso, de igual manera será permitido.

2.- Todo escrito debe tener un inicio, un desarrollo y un cierre. El inicio debe presentar al lector una visión panorámica del tema estudiado, luego del segundo párrafo se procede a explicar y desarrollar el trabajo de investigación, y el último párrafo debe resumir todo lo expuesto en el mismo.

3.- El estilo va en cada escritor o investigador, sólo se recomienda colocar énfasis en el uso adecuado de los aspectos formales de la escritura. No es lo mismo un ensayo científico a un ensayo literario, el primero será más técnico, el segundo se permite más libertad pues es más flexible, el primero es un ensayo concreto, el segundo puede entrar a lo abstracto. Un lenguaje científico es mas denotativo, un lenguaje literario la mayor de las partes es más connotativo
4.- Lejos de la contribución del investigador, el tema desarrollado debe sustentarse, por ello se recomienda el uso de citas textuales. La sustentación de referencias bibliográficas es fundamental para dar el carácter académico y serio a un estudio.

5.- Al culminar la primera redacción, se debe guardar el escrito para que sea leído al día siguiente (esta recomendación la daba Cortazar). Al otro día se da una lectura global al escrito, se revisa coherencia y estilo, así como las citas usadas. Esta primera lectura ayudara a corregir estilo, gramática, ortografía y contenido del estudio.

6.- Nadie es perfecto. La sencillez es la primera arma de un escritor o investigador. Dar el trabajo a otra persona para que sea leído, esto servirá para dar comentarios del trabajo y ayudara a errores, que siempre se escapan al investigador. Esta regla ayuda a mejorar en gran medida nuestra forma de escribir y la corrección a tiempo de nuestros escritos.

7.- El uso de los adverbios de modo con terminaciones en “mente”, hacen tedioso un escrito. En mis primeros escritos cometí este pecado, que luego con el pasar del tiempo he ido corrigiendo, un ejemplo de ello sería:

EJEMPLO 1: “En el corazón de un bosque mediterráneo, erróneamente empecé este escrito sobre los olivos, fatalmente descubrí que ese tema era caduco, por ello volví a empezar mi investigación en Alejandría…”

Ahora observa lector el mismo párrafo sin el adverbio mencionado:

EJEMPLO 2: “En el corazón de un bosque mediterráneo, empecé este escrito sobre los olivos, allí descubrí que ese tema era caduco, por ello volví a empezar mi investigación en Alejandría…”


Pasos para presentar un ensayo:

A.- Utilizar papel tamaño carta. Tipo de letra “12” en Time New Roman o Arial.

B.- El ensayo incluye: Portada, páginas con el desarrollo del tema estudiado, enumeración en la parte inferior en forma centrada, las citas a pie de página bien ubicadas, y Referencias bibliograficas (un ensayo no lleva introducción, ni índice).

A continuación procederé a explicar la construcción de un ensayo:

1.- La portada consta de: Membrete de la institución (parte superior). El título del trabajo (centro de la hoja y con mayúscula) y debajo del titulo en letra minúscula y paréntesis la palabra ensayo. En la parte inferior al lado izquierdo lleva los siguientes datos: Cátedra, Tutor, Autor (nombre completo del alumno, sección, año), ciudad, mes y año.

2.- Un ensayo debe estar estructurado en párrafos secuenciados, donde con elegancia y estilo se combina: notas, datos, citas textuales y citas parafraseadas, elementos de la actualidad como; arte, música y cine (de ser el caso).

3.- La forma de citar refiere que los datos suministrados para el estudio debe indicar los elementos: Autor (sólo se escribe el primer apellido) - Fecha - Página. Para ilustrar se dará el siguiente ejemplo:

… es en La Biblia (tr.1980) donde se recoge los más grandes relatos de horror de la Antigüedad (la serpiente en el mito del Génesis, un ser que lleva al pecado y que da origen al horror que la humanidad conlleva consigo, al pensar en la muerte, símbolo que hoy día revive la segunda saga de Harry Potter y la cámara secreta. Por otro lado las diez plagas de Egipto refleja la ira implacable del Dios hebreo; la destrucción de Sodoma y Gomorra, recuerda el holocausto nazi de Nagasaki e Hiroshima en el siglo XX; el relato paranormal en Ezequiel que parece aludir a una descripción de una nave extraterrestre, que luego H.G. Wells recreara en sus “marcianos” en La guerra de los mundos (Plans, 1975: 9); y que finaliza con el terror de los judíos, al ver asesinado al hijo de Dios: Jesús), esta afirmación la sostiene Stavans (1998) en su Antología de cuentos de misterio y terror cuando afirma que “habría que considerar a la Biblia (la Torah) como la primera y mejor de todas las antologías de misterio y terror” (p.15).

Ahora alumno pasaremos a explicar; como se puede observar en el ejemplo dado, se dan dos formas de cita: una textual y la otra parafraseada, así como el detalle de citar un clásico como La Biblia:

a.- Un texto clásico citara sólo el año de traducción o edición, ya que un texto como La Biblia, La Iliada, El Corán, El libro de los muertos egipcios, son textos muy antiguos, y en la actualidad contamos con ediciones mejoradas, traducidas, lo que conlleva al investigador en no citar por ejemplo: La Iliada (900 a. C aprox.), sino que se coloca el año que aparece en los datos de la contraportada, en el ejemplo dado se ha utilizado una Biblia del año 1980.
b.- A continuación aparece la cita parafraseada, que se da cuando el investigador toma datos de un texto y los plantea a su manera en su escrito, sin obviar los datos de autor, para no caer en el plagio, como en el ejemplo dado:

“… el relato paranormal en Ezequiel que parece aludir a una descripción de una nave extraterrestre, que luego H.G. Wells recreara en sus “marcianos” en La guerra de los mundos (Plans, 1975: 9)…”.
En este fragmento se alude que la idea del mismo ha sido tomada de un texto del señor Plans, año 1975: Pág. 9.

NOTA: Se podrá notar que en este ejemplo se nos indica como debe ordenarse los datos de autor para una cita parafraseada: (Plans, 1975: 9). Primer apellido del autor, seguido por una coma, año de edición del texto, aparte dos puntos, y finaliza el número de página estudiada.
c.- Finaliza el ejemplo con una cita textual, estas son ideas importantes que se recogen sobre un tema específico del tema estudiado. Dicha idea debe ser copiada textualmente y colocada entre comillas (“ ”) si es el caso, debe recordarse que existe dos tipos de citas textuales:

* La primera es la reproducción de palabra por palabra hasta contar el número de 40, estas cuarenta palabras van entre comillas y dentro del texto, se observa en el ejemplo dado:
“… esta afirmación la sostiene Stavans (1998) en su Antología de cuentos de misterio y terror cuando afirma que “habría que considerar a la Biblia (la Torah) como la primer ay mejor de todas las antologías de misterio y terror” (p.15)… ”.

Se puede notar en este ejemplo que el Autor - Fecha va antes que la expresión citada, y al culminar la misma se señala el número de página.

Veamos otros ejemplos para aclarar mejor y ver otros estilos de citar textualmente:

EJEMPLO 1:

En uno de sus estudios afirmó: “El vampirismo es un viejo filón que quedó de los horrores antiguos” (Polidori, 1987: 34), pero no consiguió dar con el origen del mito…

EJEMPLO 2:

Polidori (1987) encontró que, “el vampirismo es un viejo filón que quedó de los horrores antiguos.” (p.34)

Ahora en muchos escritos aparecen citas con más de cuarenta palabras, esta cita no va entre comillas y se ejemplifica fuera del texto, se coloca a un espacio, para diferenciarlo del resto del escrito, veamos:

EJEMPLO 3:

Al respecto, para este estudio cabe citar el estudio de Polidori (1987), quién señaló lo siguiente:
El vampirismo es un viejo filón que quedó de los horrores antiguos. Su origen en verdad es incierto, aún cuando se ha señalado que en el Indis Valle 3000 a. C, aparecen los primeros ritos a dioses con formas vampiricas. En el folclor de muchos pueblos rumanos, el mito del vampiro no es visto como bueno, la afición se debe más que todo a partir del a publicación del Drácula de Bram Stoker en 1987. Antes, esa figura monstruosa era vista con recelo, y más que todo con olvido. (p. 34)

Así se puede llegar a deducir, que el tema del vampiro, no es una moda del siglo XX, sino que desde la Antigüedad, ya existía en la oralidad de los pueblos…

En el ejemplo dado queda claro que al citar un texto con más de cuarenta palabras se debe colocar dentro de otro margen diferenciador del primero, para dar al lector una idea de que no es del investigador, sino que se toma como apoyo al objeto de estudio, de no hacerse esto, el alumno cae en Plagio, que es como hablar de un ladrón de ideas.

NOTA: Debe seguirse una sola forma de citar, no es valido combinar distintas técnicas, para más conocimiento del tema revisar Normas APA.

Referencias Bibliograficas.

Son los libros, revistas, periódicos, películas, documentales, entre otros, que el estudiante utiliza en la recolección de datos del ensayo. Por ejemplo:

Libros:

- Cabrera, L. (1983). El monte. Miami: Ediciones Universal.
_________ (1993). Venganza y castigos de los Orishas. En J. Palacios (Comp.),
Amanecer Vudú. (pp. 79 – 85). España: Valdemar.
- Cortázar, J. (1962, Noviembre – 1963 Febrero). Algunos aspectos del cuento.
(pp. 3 – 14). La Habana: Casa de las Américas. Vol. II, N°.15.
- Asimov, I. (1997). El hombre bicentenario y otros cuentos. España: Zeta.
- Augé, M. (1996). Dios como objeto. España: Gedisa.
_______ (1998). La guerra de los sueños. España: Gedisa.
- Baker, R. (1988). El demonio y los exorcismos. Colombia: Lidium.

Revistas:

- Ares, N. (1999, Noviembre). Sekhmet, el regreso de la diosa leona. En Año Cero. España.
- Arries, F. (1998, Mayo). Hombres-lobo: ¿Magos o bestias? En Año Cero. Nº 91. España.
- Bravo, E. (1998, Mayo 24). Anne Rice y sus obsesiones. Feriado. Caracas. Pp. 28 – 29.

Periódicos:

- Carmona, C. (2001, Junio 3). Salvador Garmendia: He iniciado un viaje hacia la
infancia. [Entrevista]. (pp. 6 – 8). Dominical. Caracas: Últimas noticias.
- Pulido, J. “Sexo, sangre y muerte”. En: La Nación. Suplemento Flash. San Cristóbal,
Venezuela. 28/03/1998, p.8.

Internet:

- Cifuentes, D. (2000). La Epopeya de Gilgamesh y la definición de los límites humanos. Obtenido en la Red Mundial el 01 de mayo del 2003: File://A:/gilgamesh.htm.
- Errázuriz, P. (2003). El rostro de lo familiar: Memoria y olvido. Universidad de Chile. Obtenido en la Red Mundial el 04-11- 2003: www.A:/Elrostrosiniestrodelofamiliar_.htm.